lunes, 30 de noviembre de 2015

ADIÓS



Encerrado entre las cuatro paredes de tu habitación, el mundo parece muy pequeño, diminuto en realidad. Un día la soledad llega, sin previo aviso, se infiltra en tu vida como una sombra, acompañándote allá donde vayas.
Tienes móvil pero nadie a quien llamar, nadie con quien salir, no existe amigo alguno al que le importes lo más mínimo, vagas por las calles como si fueses invisible, a pesar de que sabes que pueden verte y te das cuenta de que no existe héroe alguno que te salve. Aunque no lo parezca, siempre estás acompañado, por qué la señora soledad nunca viene sola, se trae a sus amigos, la tristeza, la desesperanza, el miedo, el pesimismo… y entre todos ellos crean una fiesta de insultos continua en la cabeza, que jamás te deja descansar. Yo ya no puedo más, necesito que todo esto acabe, estoy agotado, mi cuerpo lleva avisándome demasiado tiempo con sus grandes ataques de ansiedad, sólo quiero ponerle fin y sé que soy el único que puede hacerlo. Grabo este video con el móvil, para dejar claro porque lo he hecho. Mamá, papá, no es culpa vuestra, como ya os he contado en la carta, soy dueño de mis actos. Me acabo de tomar toda la caja de calmantes, que el médico me recetó, después de la última paliza que me dieron en el instituto, pronto hará efecto y todo lo malo se desvanecerá junto con mi vida. Adiós.




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